Mahoma

 Mahoma fue un profeta preocupado, como los antiguos filósofos tanto de oriente como de occidente, por los problemas de su comunidad, en este caso, inmersa en el paganismo, la falta de moral y los excesos.

Nació en La Meca, parte Noroeste de Arabia Saudita, en el siglo VI. después de Cristo.

Era hijo de un comerciante que murió cuando él tenía seis años, falleciendo su madre poco tiempo después.

Fue criado por su anciano abuelo quien se ocupó de su educación y que dos años después también falleció.

Su segundo tutor fue su tío paterno, persona bondadosa perteneciente a un clan numeroso, que lo crió junto a su hijo y lo educó con esmero.

En esa época Arabia sufría de disgregación política y su organización social se reducía a pequeños grupos tribales que practicaban el antiguo paganismo árabe.

Existían diversos males en La Meca, ciudad considerada santuario. Falsas nociones sobre el Ser Divino, ceremonias supersticiosas, paganismo, divinidades menores, en su mayoría diosas que gozaban de privilegios por encima de la divinidad principal llamada Alah, a quien el pueblo de La Meca había ofrecido ese santuario.

La verdadera religión era, a juicio de Mahoma, la de los fundadores de la comunidad, Abraham, el profeta de los judíos y su hijo Ismael y su misión era restablecer la antigua pureza del culto; por lo tanto, la tarea que el profeta se impuso fue la ejecución de un plan de reforma teológica, social y moral.